Va en el coche, ventanilla bajada, 20 º en el exterior, cielo azul inmaculado, no hay nubes, el sol amarillo blanquecino calienta su parte izquierda, son las 8 de la mañana.
Atraviesa una avenida a su derecha altas robustas palmeras de grandes y verdes palmas, a la izquierda el mar, una estampa típica de película. Enciende la radio y suena “You Can't even walk in the park” el tema de la película Shaft en África, se viene arriba, se pone sus gafas de sol de pasta negra, se sube el cuello de la camisa, un brazo apoyado en la ventanilla y el otro en el volante, empieza a mover la cabeza al ritmo de la música mientras prosigue su camino.

En ese momento es la persona más cool de la ciudad, nadie ni nada puede pararle, mira todo con otro prisma, investiga y admira a todos los viandantes con los que se cruza en su camino, examinando sus vidas e intentando averiguar que traman.
Llega a su destino, aparca el coche, sube la ventanilla, apaga la música y sale del coche, “plaaf” un pájaro ha cagado en su calva al instante vuelve a la realidad y entra a trabajar.

Otro día de Mierda.