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ack, 50 años, fuerte de gimnasio, siempre con su traje de chaqueta puesto, debido a exigencias de su trabajo.

Estaba de pie, mirando a Megan, de 48 años, rubia, muy alta y corpulenta, entrada en kilos (se notaba que años atrás fue una mujer despampanante), manos ásperas de trabajar en la recogida de manzanas, madre de 3 hijos. Admiraba a Jack sentada en una silla de madera raída en aquél salón.

Jack comienza a decir :" Lo siento de veras, Megan, pero soy un hombre felizmente casado, lo que me pides es una relación imposible y no se dará nunca, mi mujer es preciosa, joven, alta, rubia y con un cuerpo de escándalo y sobretodo quiero a esa joven con locura, lo único que te puedo ofrecer es amistad".



Jack dejó perpleja a su mujer, tras más de 25 años casados había dejado de reconocerla y de quererla.